Es la facultad de querer: el acto en potencia o la potencia en acto. No hay que confundirla con el deseo, que es su género próximo. Se pueden desear simultáneamente varias cosas contradictorias (por ejemplo, fumar y no fumar), pero no quererlas: porque sólo se quiere verdaderamente lo que se hace, y nadie puede, al mismo tiempo, hacer y no hacer la misma cosa. La voluntad es una determinada especie de deseo: es un deseo cuya satisfacción depende de nosotros.(Pero ¿y si fracaso?) Eso no cambia nada: la voluntad se refería a la acción, no al resultado (que sólo era el objeto de una esperanza). Cualquier voluntad es potencia de elección: es el poder determinado de determinarse a uno mismo. Esto distingue suficientemente la voluntad del libre albedrío (que sería el poder indeterminado de determinarse uno mismo), de la esperanza, que desea más de lo que puede, y, finalmente, de la indolencia, que renuncia a elegir. Por eso la voluntad no es sólo una facultad, sino también una virtud.
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